Oh Madre del Buen Consejo
Oh Virgen Santa, a cuyos pies nos lleva
nuestra ansiosa incertidumbre en la búsqueda
y consecución de lo verdadero y bueno,
invocándote con el dulce título de Madre del Buen Consejo
te suplicamos que vengas en nuestra ayuda,
cuando , en el camino de esta vida,
las tinieblas del error y del mal
conspiran para nuestra ruina,
desviando nuestra mente y nuestro corazón.
Oh Trono de la Sabiduría y Estrella del Mar,
ilumina a los dudosos y errantes
para que no se dejen seducir
por las falsas apariencias del bien;
hazlos firmes frente a las influencias hostiles y corruptoras,
de la pasión y del pecado.
Oh Madre del Buen Consejo,
obtén para nosotros de tu Divino Hijo,
un gran amor a la virtud y,
en la hora de la incertidumbre y de la prueba,
la fuerza para abrazar el camino
que conduce a nuestra salvación.
Si tu mano nos sostiene,
caminaremos sin ser molestados,
por el camino que nos indica
la Vida y las Palabras de Jesús, nuestro Redentor
y, habiendo seguido libre y seguro,
incluso en medio de las luchas de este mundo,
el Sol de la Verdad y Justicia,
bajo tu Estrella materna
llegaremos al goce de la
paz plena y eterna, contigo,
en el Puerto de la Salvación
Amén
AUTOR
Por el Papa Pío XII (1876-1958)
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