¡Jesús, el sólo pensar en Ti!





¡Jesús, el sólo pensar en Ti!


¡Jesús, el solo pensar en Ti
qué dulzura llena el pecho!
Sin embargo, es mucho más dulce ver Tu rostro
y descansar en Tu presencia.

Ninguna voz puede cantar, ningún corazón puede enmarcar,
Ni la memoria puede encontrar,
Un sonido más dulce que el Nombre de Jesús,
El Salvador de la humanidad.


¡Oh esperanza de todo corazón contrito!
¡Oh alegría de todos los mansos!
Con los que caen, ¡qué bondadoso eres!
¡Qué bien a los que buscan!

Pero ¿qué pasa con los que encuentran?
¡Ay! esto ni la lengua, ni la pluma, pueden mostrar
El amor de Jesús, lo que es,
Nadie excepto Sus amados lo saben.


¡Jesús! nuestra única esperanza seas Tú,
Como serás Tú nuestro premio;
En Ti sea toda nuestra gloria ahora
Y por la eternidad.
Amén






Por San Bernardo (1090-1153) 
Padre y Doctor Melifluo de la Iglesia