Poema para Cuaresma
No son anchos y rectos
los caminos por donde transitas,
ni claras las rutas que necesitamos seguir.
Tu fuego devorador, que va delante,
ha borrado todas las pistas
y derribado las estancias que nos protegían.
Desposeídos y desnudos, saboreamos la plenitud
de nuestro genuino Ser reencontrado,
y el vértigo de la incertidumbre.
Cegados por tu luz,
nos dejaremos quemar el corazón y las entrañas,
y avanzaremos, sin reposar la cabeza,
siguiendo las brasas que por el camino enciendas.
Ya no importa donde tú nos lleves
Solo saberte paz y compañía
en nuestro caminar.
(Mar Galceran)