Humilde cura de aldea

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A TODOS LOS SACERDOTES EN ESTE AÑO SACERDOTAL…
AÑO SACERDOTAL EN POESÍA
P. RUFINO MARÍA GRÁNDEZ, ofmcap.


Plegaria-coloquio de un sacerdote
a san Juan María Vianey,
Patrono de los Párrocos,
Modelo de todos los Sacerdotes.


En la carta que escribió Benedicto XVI “para la convocación de un Año Sacerdotal con ocasión del 150 aniversario del dies natalis del santo Cura de Ars” (16 de junio de 2009) se muestra enamorado de la vida y ejemplo de san Juan María Vianney. Iguales sentimientos manifestaba el Beato Juan XXIII 50 años antes (en la encíclica Sacerdotii nostri primordia, 1959). Hasta 25 veces cita el Papa frases del Cura de Ars. "El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús", decía el Cura de Ars. También decía: "Un buen pastor, un pastor según el Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina".

La Misa y el Confesonario fueron los dos pilares de la acción pastoral del Cura de Ars; de ahí brotada la caridad operativa con los pobres, en diversas obras de beneficencia.

De la Misa el Cura de Ars, que algo sabía de propia experiencia, decía: "¡Oh, qué grande es el sacerdote! Si se diese cuenta, moriría… Dios le obedece: pronuncia dos palabras y Nuestro Señor baja del cielo al oír su voz y se encierra en una pequeña hostia…" Había ofrecido su vida a Jesús: "Dios mío, concédeme la conversión de mi parroquia; acepto sufrir todo lo que quieras durante toda mi vida".

Y del Confesonario, que en ocasiones le retenía al Cura de Ars hasta16 horas al día, le decía a un sacerdote: “Le diré cuál es mi receta: doy a los pecadores una penitencia pequeña y el resto lo hago yo por ellos".

Y el Papa nos exhorta “Los sacerdotes podemos aprender del Santo Cura de Ars no sólo una confianza infinita en el sacramento de la Penitencia, que nos impulse a ponerlo en el centro de nuestras preocupaciones pastorales, sino también el método del "diálogo de salvación" que en él se debe entablar”.

Algo de todo esto queremos evocar en este poema como súplica y coloquio con el Cura de Ars, pidiendo al Señor que nos haga Sacerdotes santos.


(Nota. La biografía de san Juan María Vianney que utiliza el Papa en sus citas, es: Le curé d'Ars. Sa pensée – Son Coeur. Présentés par l'Abbé Bernard Nodet, éd. Xavier Mappus, Foi Vivante 1966. – La que de jóvenes circulaba por nuestros seminarios es la vida crítica y “clásica” de F. TROCHU, Vida del cura de Ars, Barcelona, 4 ed. 1945. – Véase en Mercabá la presentación que del Cura de Ars hace el benemérito sacerdote español, don Lamberto Echeverría, tomada de la enciclopedia Rialp).



1. Humilde cura de aldea,
san Juan María Vianney,
por nuestras manos ungidas,
hermano yo te diré.

2. Sacerdote de Jesús
de la cabeza a los pies,
Sacerdote en cuerpo y alma,
Sacerdote puro y fiel.

3. Sacerdote del sagrario
bien antes de amanecer:
el Calvario era tu Misa,
la Pascua y Pentecostés.

4. Sacerdote confesor,
corazón uno con Él;
con tu forma de mirar
tú sabías acoger.

5.Sacerdote intercesor
y víctima por tu grey:
cada oveja es el amor
que no se puede perder.

6. Sacerdote catequista
de Jesús, divina Ley,
el Evangelio anunciabas,
sin jamás retroceder.

7. Sacerdote providencia,
que se afana en proveer,
los pobres, tus preferidos,
lo sabrán agradecer.

8. Sacerdote de María,
la Virgen de Nazaret;
tu devoción presagiaba
la gruta de Masabiel.

9. Sacerdote, hermano mío,
¡qué bien lo supiste hacer!;
ayúdame, que yo quiero
Sacerdote en todo ser.

10. ¡Cristo, eterno Sacerdote
tras el velo y el dintel,
la gloria y adoración
tu Iglesia viene a ofrecer! Amén.

Julio 2009.