PERDONA, SEÑORA
Perdona, Señora a los que te ofenden
pretendiendo no mirarte.
Perdona, Señora a los que en tí nos miran
y por nosotros te esquivan.
Perdona, Señora a los que con gestos inútiles
intentan lastimarnos.
Perdona, Señora a aquellos
que te ofenden y danos serenidad
para entenderlos y aceptarlos.
Perdónalos, Señora
y perdónanos por aborrecerlos.
Limpia nuestros corazones manchados de rencor
porque a tí no pueden mancharte
las ofensas del desamor.
Enséñanos a ser como Tú
que confías en Dios y permite decir contigo:
"Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.